COMUNICAV | Tercera etapa Nº9 tercer cuatrimestre 2018

TRIBUNA COMUN ICAV 40_41 VICENTE EMILIO LÓPEZ CASTELL. PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN MAINEL Y COLEGIADO ICAV. LOS ODS, UNA CUESTIÓN DE DERECHOS Los días 25 y 26 de octubre la Fundación Mainel celebró en el Ilustre Colegio de Abogados de Valencia su II Congreso In- ternacional sobre Derechos Humanos. En esta ocasión el tema a debatir fue la vin- culación de los derechos humanos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Aunque han pasado tres años desde la aprobación de la Agenda 2030 en la Asam- blea General de las Naciones Unidas, toda- vía son muchos los países -España entre ellos- que tienen pendiente la implemen- tación de políticas que permitan su efec- tivo cumplimiento. Y no hay manera de cumplir los diecisiete ODS si no es garan- tizando los derechos humanos, porque sus ciento sesenta y nueve metas están, de un modo u otro, vinculadas a un derecho. A lo largo de las dos jornadas, a través de las intervenciones de los ponentes -todos ellos auténticos especialistas en los temas de- sarrollados-, así como por las comunicacio- nes presentadas, y por las preguntas de los asistentes, ha resultado claro que la realidad actual presenta desafíos sin precedentes para la comunidad internacional. Estamos frente a un cambio de época que ya no per- mite continuar con los mismos esquemas de desarrollo. Como la vicepresidenta de la Ge- neralitat Valenciana, Mónica Oltra, apuntó en la clausura: “es imposible que haya desa- rrollo si este no tiene un componente social, económico (de distribución de la riqueza) y medioambiental”. Los Estados, el mundo académico, las ONG, el sector privado y, en fin, todos sin excepción, estamos ante un reto de cuya superación depende en buena medida el porvenir de las generaciones venideras. En ocasiones, los fallos de gobernanza y la falta de verdadera voluntad política para afrontar un reto tan complejo como supo- nen los ODS han sido pesados lastres para avanzar en la dirección correcta. Pero tam- bién son indudables los logros obtenidos, sin que quepa detenerse ahora, pues son claramente insuficientes. Por ello es de aplaudir la inclusión en la Agenda 2030 del objetivo 16, cuyo lema es “Paz, justicia e instituciones sólidas”, y cuyo cumplimien- to por parte de todas las naciones sí su- pondría un claro compromiso del desarrollo de los derechos humanos como cimientos de una fraternidad universal. Esta es una tarea de largo recorrido, y como bien decía el profesor Leonardo Polo, “Todo éxito es prematuro, pero también todo fracaso es provisional”. En este año en el que se cumplen seten- ta años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, viene a cuenta traer a la memoria su artículo primero: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben com- portarse fraternalmente los unos con los otros”. Las actas de este Congreso, que próximamente estarán disponibles, con- tendrán una llamada de atención no solo para los gobiernos y los agentes econó- micos, sino también la sociedad civil, para convencernos de una vez por todas de que el verdadero progreso consiste en no dejar a nadie atrás, y actuar en consecuencia. Es verdad que la vida ordinaria reclama me- sura y proporción, pero los grandes pro- yectos reclaman un punto de desmesura y desproporción, porque su medida no la dan las fuerzas, sino la ilusión.

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