COMUNICAV | Tercera etapa Nº19 primer cuatrimestre 2022

COMUNICAV 32_33 MARINA MONZÓ Soprano apuntaron en la Escola Coral de Quart de Poblet. En la adolescencia, el entonces director del coro, Jordi Blanch, le sugirió que ingresara al conservatorio. Y, sin embargo, Marina aún no había decidido dedicarse al canto en forma profesional. UNA REVELACIÓN Hay hechos que marcan un antes y un después en nuestras vidas y, para Marina, fue su primer vínculo con la ópera. Cuando ella tenía aproximadamente 15 años, el coro de Quart fue convocado a participar en una serie de óperas dirigidas por Lorin Maazel en el Palau des les Arts. Y la revelación se produjo con la ópera 1984. Durante esta producción, Marina solía pensar: “Estoy descubriendo algo que realmente me gusta y podría estar horas haciéndolo. Esto a mí me alucina y... ¡encima hay gente a la que le pagan por hacer esto!”, y su mirada se ilumina al rememorarlo. A partir de ese momento, comenzó a tomar clases con figuras reconocidas, como Enedina LLoris, Ana Luisa Chova e Isabel Rey, quienes le dieron el empujoncito que faltaba. “No pierdas el tiempo, no pierdas ni un año de tu vida”, recuerda Marina que le aconsejaron sus maestras. Así fue como abandonó la preparación de la selectividad para Magisterio y, como si fuera sencillo, saltó dos años e ingresó al nivel superior de canto. UN GRAN DEBUT SIN ANESTESIA Esta historia, que ya nos tenía más que cautivados, aún nos reservaba una sorpresa. A los 21 años, cuando todavía era estudiante, se alinearon los planetas. A diez días del comienzo de los ensayos de La Sonnambula, que se presentaría en la ópera de Bilbao, la cantante que debía interpretar el rol principal canceló su participación. La producción se comunicó con Marina para ofrecerle el rol principal. La primera reacción de Marina fue rechazar la oferta: “Cuando me llamaron, yo dije que no, porque el rol de Sonnambula es muy largo y yo no lo conocía. Hay gente a la que lleva meses estudiar un papel tan extenso”. Así, sin anestesia, en diez días, la joven estudiante aprendió el rol y se presentó en los ensayos. Pero las sorpresas no terminaron. Durante las funciones, la segunda soprano del primer elenco, se puso enferma. Y, Marina, en un día, tuvo que estudiar el rol de la segunda soprano y hacer no solo las funciones del segundo elenco, como primera soprano, sino también las del primer elenco como segunda soprano. Es cierto, como ella misma dice, las casualidades han estado de su parte. Sin embargo, detrás de la suerte hay una profesional seria, dedicada y tenaz, que esemismo año, fue seleccionada entre cuatrocientas personas por la prestigiosa Accademia Rossiniana de Pesaro. Como ella misma afirma: “La Accademia fue el petardazo de mi carrera”. Desde entonces, se ha presentado en los teatros más importantes y ha cantado con figuras como Plácido Domingo, Juan Diego Flórez, Leonardo Nucci y Javier Camarena. EL SELLO DISTINTIVO: LA SINCERIDAD A esta altura de la charla, ya no nos cabe ninguna duda de que Marina es una persona honesta y sincera en la vida y sobre el escenario. Por eso, no nos sorprende, cuando le preguntamos cuál le parece que es la chispa que la hace única, la que han visto sus maestros y ha cautivado al público, que afirme con seguridad: “Yo soy muy sincera, no trato de enmascarar la voz cuando canto. Intento facilitar la escucha, ser lo más natural posible en mi forma de cantar y de actuar”. Algo debe quedar de aquella carrera de maestra que no fue o, tal vez, sea la dedicación y la atención que Marina profesa a las personas, que la lleva a preocuparse porque sus palabras sean claras y convincentes, pero sin imposiciones. Así, nos explica que el canto operístico es artificial, que es una técnica utilizada para que la voz se proyecte en un teatro sin la asistencia de microfonía y también para el cuidado de la voz, pero, según la cantante: “La técnica no debe impedir ser honesto, yo creo que hay que ser sincero y acercar lo máximo posible el canto al público”. UNA SOLEDAD ACOMPAÑADA Con el clima de confianza y empatía de la charla, cómo no, queremos saber algo de su vida personal. Marina nos cuenta que su día a día está marcado por el calendario de presentaciones y que puede ser una vida muy solitaria. Cuando llega a una ciudad nueva y comienzan

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