COMUNICAV | Tercera etapa Nº21 tercer cuatrimestre 2022

COMUNICAV 08_09 JOSE ALFONSO SORIA, Presidente del Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia “Ojalá pudiéramos extrapolar los valores y principios que tiene el Tribunal de las Aguas a la justicia ordinaria” Cualquier regante sabe que si algún conflicto se produce lunes, martes o miércoles, el jueves de esa misma semana a las doce del mediodía puede llevarlo a juicio. Sabe también que la puerta de los Apóstoles de la catedral de Valencia es el lugar donde tiene que pedir justicia. Ojalá pudiéramos extrapolar los valores y principios que tiene el Tribunal de las Aguas a la justicia ordinaria. Todo el mundo conoce estos juicios por su idiosincrasia única, pero pocos saben de la gran labor de mediación que hace este tribunal. El 99% de los asuntos que se presentan no llegan a juicio gracias a este trabajo. Se trata de una labor del síndico y el guarda, que se desplazan a la acequia en cuestión e in situ tratan de resolver el problema ofreciendo herramientas de acuerdo a las partes litigantes. Es una labor esencial porque muchas veces son familiares o vecinos los que entran en disputa y gracias a la mediación se llega a un entendimiento fundamental para la buena convivencia. También hay ocasiones en que los asuntos no llegan al tribunal porque sus características sirven para disuadir a los enjuiciables. Antes de salir de la Casa Vestuario, a la puerta de los Apóstoles, ven cómo la plaza de la Virgen está llena de gente, con personas dispuestas a grabar el juicio y nos dicen que directamente pagan la multa que se les impone, que no quieren salir a juicio. En 2021 fue elegido presidente del Tribunal de las Aguas ¿qué significa esto para usted? Para mí es uno de los honores más grandes que podría haber recibido en esta vida. Soy hijo, nieto y bisnieto de agricultores. Yo mismo lo soy. Ser agricultor es más que un trabajo o una actividad a la que te puedes dedicar, es una creencia. Los agricultores amamos la tierra, la naturaleza. Estudié empresariales porque mi padre se empeñó. Él me decía: “Tienes que hacer algo de provecho en la vida”, pero yo volví a la tierra para seguir la tradición familiar. Tengo cincuenta y tres años y el otro día me compré otro campo. Mi padre y mi bisabuelo fueron síndicos de la acequia de Mislata y yo lo he sido hasta que fui elegido presidente del tribunal. Ellos me hablaron del arraigo que tienen el agua y la tierra, y de los valores que representa. Mi padre siempre me decía que una palabra del tribunal es sagrada escritura, porque aquí no tenemos nada escrito, es todo oral. Lo que se habla aquí es lo que vale y esos valores, respeto por lo nuestro, por la agricultura, el regadío, las costumbres y todo lo que representa el Tribunal de las Aguas es lo que se ha transmitido de generación en generación. Por eso mientras me lo permitan mis compañeros síndicos y mis regantes, seguiré. ¿Cree que la agricultura ocupa el lugar que le corresponde? No, y el mayor ejemplo de ello es muy reciente. Durante la pandemia, se puso en valor a los agricultores, se visibilizó como lo que es, un sector refugio, fundamental para la sociedad. Pero todo lo que se consiguió en ese momento, se perdió. Ya nadie se acuerda. Sin embargo, ahí está lo que somos, agentes medioambientales. Los únicos que combatimos el cambio climático y evitamos que las huertas se conviertan en un deshecho somos los propios agricultores, pero nadie nos reconoce como lo que somos. La pandemia fue una oportunidad perdida. Por todos es conocida la vertiente histórica del Tribunal de las Aguas, pero es justo decir que en la práctica ha sido y sigue siendo clave. Así es, el Tribunal asegura la paz en el día a día de los agricultores de la Vega de Valencia y también ha estado a su lado en los tiempos difíciles. Recordemos la sequía de 1930. Fueron tiempos muy duros, las cosechas se perdían porque no llegaba el agua a Valencia.

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