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COMUN

ICAV 32_33

COMIENDO CON

Precisamente comenzamos hablando del

tiempo, o más bien del uso que hacemos

de él. Nos asegura que lo tiene “todo muy

empaquetado. Empiezo a las 7:30, no paro

a mediodía y la consulta de la tarde la suelo

acabar a las 20:00h… no hay mucho tiempo

para más”. Entonces reflexionamos sobre

que, quizás sea algo que suceda en muchas

profesiones, pero cuanto más éxito hay en

tu trabajo, más trabajo entra por la puerta.

“Como premio a tu dedicación –nos dice-,

tienes una vida mucho peor, más miserable.

Todo mucho más apretado, más estrés, más

trabajo difícil, más responsabilidad… Pero

lo haces porque quieres. Yo podría dejar de

trabajar mañana, tengo mil aficiones que

ocuparían mi tiempo, pero no debo. Aún es

pronto”.

Momentos malos y momentos

peores

Tras haber hecho algunos de los trasplantes

más reconocidos en el mundo, reconoce que

su trabajo le sigue “gustando mucho”, pero

ante la pregunta sobre el agotamiento labo-

ral, algo muy común en cualquier profesión,

nos cuenta que “cuando era más joven veía

imposible llegar a cansarme de este trabajo,

pero ahora que soy un poco más mayor veo

muy posible llegar a hacerlo”.

Y, ¿cuáles son las señales de alerta, esas que

te desalientan?, le preguntamos. “Reconoz-

co que –continúa Cavadas- mientras los pa-

cientes van bien soy capaz de aguantar toda

la tralla del mundo. Me gusta mi trabajo y me

encantan los pases de consulta en los que

todos los pacientes están bien, el trabajo ha

dado frutos, están contentos, y solucionas

su problema. Me encanta”.

Aunque, también reconoce que “por teoría

de rachas, las complicaciones se juntan. Son

como aves gregarias y se juntan en banda-

das y cuando tienes una complicación sueles

tener cuatro o cinco seguidas. Cuando se jun-

tan cuatro o cinco pacientes que van mal, me

mata. Me mata”, sentencia.

¿Problemas? Actitud y optimismo

Quizás por la perspectiva vital que ha con-

seguido tras sus numerosos viajes a África,

donde opera sin coste a gente sin recursos,

el doctor Cavadas es alguien acostumbrado

a seguir siempre hacia delante. Ante un pro-

blema, nos cuenta, “solo hay dos opciones.

Solucionarlo o no hacerlo. Pero claro, en el

mundo infantil si no miras al monstruo, el